domingo, marzo 22, 2009

Sesión 6: Escribir y sanar II: El diario del perdón

La primera vez que supe de esta técnica fue por medio de Carlos Fraga. Básicamente se proponía lo siguiente: cada uno de los siete días de la semana uno dedicaría un tiempo para anotar en un cuaderno la frase “Yo, MI NOMBRE perdono a _________ por ________” un número determinado de veces por día. Al terminar este procesos (después de una semana entera dedicada a una persona específica, se realizaba un ritual y uno había liberado de esta manera el resentimiento que pudiera tener, conciente o inconsciente, a cualquier persona o situación y así sanaba esa parte de la vida.

Puedo catalogar esta técnica como un antecedente lejano de este proyecto de escribir para sanar, yo mismo le di uso en esa época, unos diez años atrás y me sirvió. Sin embargo, observé que cuando no había un lenguaje preciso, las verdaderas emociones se enmascaraban en frases hechas y lugares comunes.

Los lugares comunes son esas expresiones que de tanto uso ya han perdido su significado propio y particular. Entran en esta categoría expresiones del tipo: “muerto de miedo”, “limpio como tacita de plata”, por ejemplo.

Además, también sentía que había fallas si el lenguaje era demasiado escueto. Si yo me limito a decir “Yo, Jesús, perdono a José por herirme”, estoy evitando drenar lo que verdaderamente quiero decir, el hecho específico en el cual me sentí herido.

Pero el valor que nunca perderá el método es su capacidad de ofrecernos una radiografía de nosotros mismos. Pasaremos toda una semana escribiendo, en secreto, sin restricciones, las razones por las cuales deseamos perdonar a alguna otra persona. Y si, además, lo hacemos con un lenguaje descriptivo, con precisión y abundancia de detalles sabremos que todo tiene que comenzar con perdonarnos a nosotros mismos. Todas estas acciones a nuestro alrededor realmente no tienen ninguna emoción inherente a ellas, es nuestra actitud hacia ellas lo que les da significado.

Utilidad del método

a)Le ofrecerá la posibilidad de reconciliarse con su entorno y, aún más importante, con usted mismo.

b)La ayudará a dominar sus frustraciones y dolores al conocerlos: cada vez que logre decir de manera detallada por qué cree que debe perdonar a unas persona comprenderá la naturaleza de su sentimiento y será más conciente del mismo.

c)Se librará de la incómoda carga del resentimiento y recuperará esa energía para poder lograr propósitos superiores.

d)Cerrará ciclos: perdonar significa también en gran medida dar por concluido, finiquitar. Una vez que ya te perdono por todo lo que creo que me hiciste, ya no puedes continuar viviendo en mis fantasías del pasado o en mis ansiedades del futuro, simplemente estoy tomando la decisión de dejar ir ese sentimiento.