Sesión 5: Escribir y sanar: El diario de sanación
Ha llegado el momento de poner en práctica de manera sistemática las herramientas y nociones que hemos venido revisando hasta ahora, recorreremos tres instrumentos como los diarios de perdón y sanación y los relatos de sanación.
En primer lugar, me gustaría explicar un poco en qué consistirá en general nuestro trabajo al utilizar la escritura creativa para la sanación. Realmente se tratará de un proceso muy parecido a la meditación tradicional. La información expuesta en las sesiones anteriores debe ser asimilada, digerida, porque ahora, cada vez que utilicemos alguno de los instrumentos como los diarios o el relato, tendremos que evitar volver a nuestros apuntes o a nuestras ideas de manera conciente, debe tratarse más bien de un conocimiento, una base natural sobre la cual se construirán nuestros textos.
Algunas personas asocian directamente la meditación con la inmovilidad. Esto es, en mi opinión, por lo menos una verdad a medias. Como bien dice el libro “Yo soy Eso”: “El propósito principal de la meditación es devenir consciente y familiarizado con nuestra vida interior. El propósito último es alcanzar la fuente de la vida y de la conciencia.”
Así que en gran parte estaremos acallando nuestro diálogo interior, nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones que se presentan de forma involuntaria y caótica, para dedicarle el tiempo de escritura a algunas en específico o aquellas que surjan en un estado de relajación.
Llevar un diario es una de las maneras que tradicionalmente se utilizan para conseguir un espacio de intimidad. Decía un escritor que “escribir es pensar despacio”. El diario, cuyas entradas generalmente se escriben al comienzo o al final del día sirven para poner en perspectiva sucesos puntuales de la vida, emociones, sentimientos siempre dentro de un marco de intimidad y secreto.
Sin embargo, observo en los diarios tradicionales algunos defectos:
a)Un lenguaje demasiado emocional: que, en lugar de describir emociones y sentimientos, se deja llevar fácilmente por pasiones, produciendo muchas veces un efecto distorsionador y exagerado (positiva o negativamente) de lo tratado que podría resultar nocivo.
b)Un lenguaje críptico o secreto: en los diarios suele escribirse por un lenguaje demasiado anclado en las circunstancias que rodean la fecha de la anotación, por lo tanto, a medida que pasa el tiempo, el efecto que tiene la relectura de la anotación puede perderse.
c)Un cierto desorden: el cual se manifiesta en anotaciones de todo tipo que pueden tener poco uso en términos de lo que denominamos sanación.
De estas observaciones surge lo que denominaremos nuestro diario de sanación, para el cual necesitaremos previamente:
1)Un cuaderno, archivo de computadora o cualquier espacio que esté dedicado única y exclusivamente para el diario
2)Compromiso de por lo menos entre diez y quince minutos diarios para realizar las entradas.
3)Trabajar en la disciplina mental: esto lo haremos forzándonos todos los días durante algunos momentos a contemplar de manera detallada alguna de las actividades que realizamos durante el día y a saber distinguir los hechos propiamente dichos de las emociones, la realidad de las expectativas y el recuerdo. Para esto pueden ser muy útiles las actividades más rutinarias: como comentamos anteriormente, llega un punto en que ciertas tareas se realizan sin ningún tipo de conciencia y es en este punto en el cual perdemos en cierto sentido humanidad. Nuestra tarea es recuperarla a partir de la contemplación.
El trabajo con el diario será como sigue:
I)Se tomarán entre y cinco minutos para hacer un balance del día y tomar aquella imagen, idea, situación o sentimiento que más vívidamente nos viene a la mente.
II)Se hará un inventario de las personas, objetos, lugares y sentimientos involucrados.
III)Se procederá a hacer la anotación
IV)Se leerá la anotación, de ser posible en voz alta.
V)Se observará la reacción que produce la lectura y se preguntará: ¿esto me trae paz o agitación? ¿Por qué? Se anotará la respuesta.
VI)Se tratará de extraer una enseñanza o lección, que se leerá al día siguiente.
En primer lugar, me gustaría explicar un poco en qué consistirá en general nuestro trabajo al utilizar la escritura creativa para la sanación. Realmente se tratará de un proceso muy parecido a la meditación tradicional. La información expuesta en las sesiones anteriores debe ser asimilada, digerida, porque ahora, cada vez que utilicemos alguno de los instrumentos como los diarios o el relato, tendremos que evitar volver a nuestros apuntes o a nuestras ideas de manera conciente, debe tratarse más bien de un conocimiento, una base natural sobre la cual se construirán nuestros textos.
Algunas personas asocian directamente la meditación con la inmovilidad. Esto es, en mi opinión, por lo menos una verdad a medias. Como bien dice el libro “Yo soy Eso”: “El propósito principal de la meditación es devenir consciente y familiarizado con nuestra vida interior. El propósito último es alcanzar la fuente de la vida y de la conciencia.”
Así que en gran parte estaremos acallando nuestro diálogo interior, nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones que se presentan de forma involuntaria y caótica, para dedicarle el tiempo de escritura a algunas en específico o aquellas que surjan en un estado de relajación.
Llevar un diario es una de las maneras que tradicionalmente se utilizan para conseguir un espacio de intimidad. Decía un escritor que “escribir es pensar despacio”. El diario, cuyas entradas generalmente se escriben al comienzo o al final del día sirven para poner en perspectiva sucesos puntuales de la vida, emociones, sentimientos siempre dentro de un marco de intimidad y secreto.
Sin embargo, observo en los diarios tradicionales algunos defectos:
a)Un lenguaje demasiado emocional: que, en lugar de describir emociones y sentimientos, se deja llevar fácilmente por pasiones, produciendo muchas veces un efecto distorsionador y exagerado (positiva o negativamente) de lo tratado que podría resultar nocivo.
b)Un lenguaje críptico o secreto: en los diarios suele escribirse por un lenguaje demasiado anclado en las circunstancias que rodean la fecha de la anotación, por lo tanto, a medida que pasa el tiempo, el efecto que tiene la relectura de la anotación puede perderse.
c)Un cierto desorden: el cual se manifiesta en anotaciones de todo tipo que pueden tener poco uso en términos de lo que denominamos sanación.
De estas observaciones surge lo que denominaremos nuestro diario de sanación, para el cual necesitaremos previamente:
1)Un cuaderno, archivo de computadora o cualquier espacio que esté dedicado única y exclusivamente para el diario
2)Compromiso de por lo menos entre diez y quince minutos diarios para realizar las entradas.
3)Trabajar en la disciplina mental: esto lo haremos forzándonos todos los días durante algunos momentos a contemplar de manera detallada alguna de las actividades que realizamos durante el día y a saber distinguir los hechos propiamente dichos de las emociones, la realidad de las expectativas y el recuerdo. Para esto pueden ser muy útiles las actividades más rutinarias: como comentamos anteriormente, llega un punto en que ciertas tareas se realizan sin ningún tipo de conciencia y es en este punto en el cual perdemos en cierto sentido humanidad. Nuestra tarea es recuperarla a partir de la contemplación.
El trabajo con el diario será como sigue:
I)Se tomarán entre y cinco minutos para hacer un balance del día y tomar aquella imagen, idea, situación o sentimiento que más vívidamente nos viene a la mente.
II)Se hará un inventario de las personas, objetos, lugares y sentimientos involucrados.
III)Se procederá a hacer la anotación
IV)Se leerá la anotación, de ser posible en voz alta.
V)Se observará la reacción que produce la lectura y se preguntará: ¿esto me trae paz o agitación? ¿Por qué? Se anotará la respuesta.
VI)Se tratará de extraer una enseñanza o lección, que se leerá al día siguiente.
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